miércoles, junio 08, 2011

Nostalgia.

He empezado a leer un nuevo libro y me he quedado petrificada, era como leer mis sentimientos. Lo comparto con vosotros. Siento colgar un post tan triste, pero así estoy yo, hace 5 años pero es imposible "superar", "aceptar", "comprender", "entender" o como narices quieran llamarlo. Sólo sé que él no está, que lo necesito y me hace más falta que nunca, que todo ha cambiado desde que él no está, qué todo es una gran mierda...

<<¿Hace demasiado frío allá arriba donde estás? Dime: ¿sabes que hay flores que adornan tu cielo? ¿Sabes que tendremos que cortar el árbol que tanto te gustaba? ¿Y sabes que el viento agita los postigos de la cocina y sacude tu sombra sobre el embaldosado?

Ahora que siempre es de noche para ti.


Todavía recibes cartas, las dejamos encima de tu ropa, que sigue doblada. Si quieres, puedo enviarte un trocito de España, una buena botella de champán y dos o tres libros. Sé que podrás disfrutar de mis regalos ahora que los médicos te han dejado en paz con sus tubos en la nariz y en la tripa y ya no tienes que forzarte a comer ni a coger el teléfono.


Ahora que siempre es de noche para ti.


¿Has ido a esconderte bajo una piedra, en una fuente de tartas, en un recién nacido, en una tela, en un huevo, en un bordado? ¿Y qué puedes decirme ahora que siempre es de noche? Dime, ¿te sientes mejor? Dime, ¿es ligero como una burbuja eso de dejar sin más tu cuerpo ahí, igual que una prenda estropeada que ya no puedes ponerte? Se acabó ese peso que aplastaba tu sonrisa, que aplastaba tu vientre, que te aplastaba. ¿Pudiste escapar? Con tu sonrisa doblada y guardada en el bolsillo ahora que siempre es de noche para ti.


En casa todo parece haber caducado, hasta los yogures de frutas que conservamos en la nevera saben a marchito. No tenemos fuerzas para seguir adelante, por más que nos metamos gaseosa fresca en el esófago como una tormenta de azúcar: nada. Un cementerio más, la noche, el frío y otra capa de noche. Nosotros no vemos nada, ya no te vemos, vamos a ciegas, sabemos tan poco... Caminamos por la noche y no te encontramos, claro que todas las noches se confunden; noches negras, recias como una tela, pocas estrellas, todo se parece en la oscuridad.


Es cierto que están los recuerdos, pero alguien los ha electrificado y conectado a nuestras pestañas, y en cuanto nos vienen a la cabeza, nos queman los ojos.


Ahora que siempre es de noche para ti.


Te fuiste a las 19.30. Hasta el último momento te acompañaron las rosas de color naranja recién cortadas que decoraban tu mesilla de noche y te ayudaron los sorbitos de agua con limón, pero no han sido suficiente. Tampoco los tubos y las agujas clavadas en tus brazos. Las 19.30, «se acabó». En el reloj de tu corazón, la aguja pequeña ya nunca volverá a subir hasta las doce.


Fingimos caminar, imitamos a las personas que éramos antes, cuando aún estabas aquí. Hace pocos minutos te escurrías entre nuestros dedos, pero todavía estabas.Entonces teníamos miedo, y nos hacía mucho daño. Pues aquello no era nada en comparación con el vacío que nos estalló silenciosamente delante de las narices con el breve «se acabó» de la enfermera. Todo el mundo tenía miedo. Miedo de que te fueras. Y ahora que te has ido, tenemos más miedo aún.

Todos nos aguantamos con el corazón clavado en la tripa y en la garganta. Sin hacer ruido. No queremos que lo oigas. Es espantoso el ruido de un corazón cuando se rompe. Como el de un huevo a punto de abrirse aplastado por un bulldozer de porcelana. No queremos que comprendas. ¿Sabías? Queremos seguir oyendo un poco del tú y del nosotros funcionando con normalidad, con palabras, y sin tubos de plástico.
>>.

La alargada sombra del amor, Mathias Malzieu.

1 comentario:

Lola dijo...

Hola giLixiTa,
gracias por tu comentario en mi blog.
Puedes enlazarlo si quieres en el tuyo. Gracias de nuevo,
nos vemos en el reino!